Ingrid Pistono, psicóloga.
Soy la psicóloga Ingrid Pistono y estoy especializada en ayudar a mujeres a solucionar problemas que pueden aparecer por distintos motivos en alguna etapa de la vida.
Mi consulta es online y trato de acompañar en momentos de autoestima baja, ansiedad, gestión de emociones, tristeza, problemas de pareja o crisis de cualquier tipo.Pode´si contactar conmigo a través de info@ingridpistonopsicologa, ingridpistonopsicologa.com o @ingrid_pistono_psicologa
La autoestima
El nivel de autoestima, sobre todo en las mujeres, va muy ligado al aspecto físico.
Envejecer no debería implicar perder valor, al contrario, cumplir años nos hace más sabias y más expertas.
Considero que no hay una edad para empezar a cuidarse ni, por supuesto, para dejar de hacerlo.
Aceptarnos es el primer paso para estar bien pero asumir los años no implica resignarse.
La juventud es un estado mental
La juventud no debería perderse por el paso del tiempo ni por la aparición de arrugas en la piel.
Es más un estado mental que se muestra en la mirada, en el brillo de la piel y en una actitud curiosa y positiva.
Creo que el secreto de la eterna juventud es más una predisposición, la edad cronológica es sólo una cifra que no debería limitar nuestras ganas e ilusión.
Aceptar que tenemos arrugas o que vamos perdiendo músculo no está reñido con sacarnos brillo y estar satisfechas de nuestro reflejo
La rutina diaria que recomiendo
Dedicar tiempo a cuidarnos es el mejor regalo que nos podemos dar, por el placer de sentirnos bien y por los beneficios que conlleva tanto físicos como mentales.
En nuestra rutina diaria no puede faltar:
- Hidratación y buena alimentación
- Descanso
- Piel limpia y nutrida
- Actividad física diaria
- Sonrisas
- Curiosidad y ganas de aprender
La edad, un valor
La edad no hay que ocultarla, al contrario, es un valor.
En nuestras manos está mantener en buen estado el continente y el contenido. Mostrar nuestra mejor versión a nosotras mismas y a nuestro entorno debería ser un placer.
Ocuparnos de nuestro aspecto es exterior pero no superficial porque redunda en nuestro interior.